Por Jaro Adrianzén
La directora Sol Berruezo capta la inocencia infantil-adolescente contrastándola con la dureza de la vida adulta. Cleo y sus tres primas, con quienes vive después de presenciar una tragedia, son registradas con paneos suaves entre los pasillos y cuartos de la casa, mientras que su mamá y su tía, por su parte, son captadas un par de veces con una cámara en mano temblorosa. Una que refleja el desgaste emocional que deja el paso de los años. En esa línea, “Mamá, mamá, mamá” también se detiene en graficar los niveles de inocencia femenina de las más jóvenes. Lo hace de forma explícita cuando las cuatro están en el patio de la casa. La menor, tirada en el suelo, ya no quiere jugar. La que le sigue en edad baila una coreografía de moda. Cleo está sentada, entretenida pero quieta. Y la mayor, de 15 años, baila mientras mira al hombre que ha llegado a casa.