Durante la década de los noventa, Levan Svanidze fue uno de los bajistas más solicitados de Tbilisi, Georgia. Pero por distintos motivos no pudo mantenerse activo. Hoy tiene 45 años y está arruinado. Desmejorado física y mentalmente, vive aislado con su madre en un departamento de 14 metros cuadrados. Lejos de acercarlos, el espacio es una zona asfixiante donde el obsesivo cuidado maternal y los recuerdos del difunto padre y esposo no solucionan el pantanoso sinsentido existencial del ex músico.