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F.J. Ossang "TODO EL CINE ES PUNK"

Actualizado: 26 nov 2019

El director, actor, músico y poeta francés es el invitado de lujo de la II Edición del Festival de Cine Al Este (del 27 de noviembre al 4 de diciembre en Bogotá).

F.J.Ossang

Han pasado casi 40 años desde el estreno de “Le dérniere enigme” (1982), la primera producción de Francois-Jacques Ossang (Francia, 1956), sin embargo, su energía y rebeldía no solo se mantienen intactas hasta hoy en día, sino que continúan desafiando las posibilidades narrativas y cinematográficas.


Con varios libros publicados (“la escritura es la base de todo: la literatura, la música y el cine”) y algunos discos editados (entre otros, con su propia banda: Messagero Killer Boy). Ossang es el invitado de lujo de la II Edición

del Festival de Cine Al Este (del 27 de noviembre al 4 de diciembre en Bogotá), cerrando con esta presentación una gira que le ha llevado a presentar su retrospectiva en el MALBA en Buenos Aires, los principales cines de Lima, el Museo de Arte Moderno de Medellín y que cerrará estas proyecciones en el Cine Colombia de Av. Chile y la Cinemateca Distrital de Bogotá, en donde además dará una clase maestra de ingreso gratuito.

Músico, poeta y… cineasta

Son tres potentes influencias que cimentan la obra de Ossang, tal como él lo reconoce: William Burroughs y sus experimentos formales; la Internacional Situacionista, el grupo de intelectuales liderados por Guy Debord fervientes luchadores contra la opresión de la sociedad de clases, y Antonin Artaud, dramaturgo creador del denominado Teatro de la Crueldad cuyo objetivo era generar un impacto de choque en el espectador.


Ossang, creció en Francia criado por su abuelo, un médico rural cuyos recuerdos fueron marcados por su participación en la Primera Guerra Mundial. Es por eso que las principales influencias artísticas de F. J. Ossang apuntan a las corrientes que reinaron en Europa durante la primera mitad del siglo XX: dadaísmo, surrealismo, futurismo, etc., todos ellos con características “absolutamente protopunks”.

"(...en el punk), para mí, la música era solo un pretexto, lo importante era la performance (...)"

Su adolescencia estuvo marcada por el cine que ahora denominamos clásico y que se realizó entre las décadas de 1930 y 1950. De joven descubrió un abanico más amplio que iba del cine soviético, realizadores como Bresson, Pasolini y Dreyer, y películas comerciales como las de James Bond: “(entonces) pensaba que era necesario integrar la retórica de las películas de propaganda y las de acción. Si sabías conservar el atractivo de la propaganda, no necesitabas aprender más”.


Dharma Guns (Francia,2010), F.J. Ossang

Punk: “el pragmatismo de la supervivencia”

El punk llegó a la vida de Ossang como la música de su generación. “Los Sex Pistols y el punk para mí eran la realización o cumplimiento del programa (dadaísta), era la tabula rasa del dadaísmo. En este movimiento, para mí, la música era solo un pretexto, lo importante era la performance”.

En la década de 1970 se dedicó a tocar rock and roll y creó la revista literaria CEE. Al inicio de los ochenta decidió estudiar cine en el Institut des hautes études cinématographiques (IDHEC). Su primer cortometraje, Le dernière énigme, cuya banda sonora reunió a lo mejor de la escena punk europea, tomó como base el libro de Gianfranco Sanguinetti Del terrorismo e dello Stato, lo suscribió en el movimiento punk, desde un subversión no solo política, sino, audiovisual.


L’Affaire des Divisions Morituri (1985)

Luego vino un corto noir, Zona inquinata (Francia, 1983), seguido de su primer largo, L’Affaire des Divisions Morituri (1985), el largometraje Le Trésor des îles Chiennes (1990), considerado por muchos como una obra maestra en la que logra una película de ciencia ficción que parte desde el road movie. En todas estas producciones aborda de alguna manera la tensión entre oriente y occidente durante la Guerra fría, pero desde una mirada que se centra en el ámbito artístico-cultural, a la vez que establece un manifiesto por el celuloide y el blanco y negro, materiales básicos y esenciales en el cine.

“9 Fingers”, estreno en Colombia

Si bien ya contaba con una pequeña legión de seguidores, fue con “Docteur Chance

Docteur Chance (1977)

(Francia, 1997), una película con espíritu punk filmada en color y cuyo reparto incluye a Joe Strummer (vocalista de The Clash), Féodor Atkine, Stéphane Ferrara y Marisa Paredes, que se hizo conocido en la mayor parte del mundo. “(A) Joe Strummer le dije que íbamos a hacer un film punk de l’âge classique. Un mausoleo de los modernos. Después del rodaje nos pasamos noches enteras, de once de la noche a siete de la mañana, tomando café y hablando de literatura y de otros temas. Me apodó 'el Loco'“.


Tras esta coproducción franco-chilena, regresó a la música por un tiempo, con su banda MKB, y no filmó sino hasta fines de la década del 2000, haciendo entonces “Silêncio” (2006) y “Dharma Guns” (2010).


Finalmente, estrena 9 Dedos (9 doigts, Francia, 2017), que cuenta la historia de Magloire, un hombre que va por la vida sin equipaje y sin futuro hasta que conoce a un hombre moribundo de quien hereda una fortuna; posteriormente, es perseguido por una pandilla de la que se convierte no solo en su rehén, sino también en su cómplice.

“El cine es la filmación del presente. Las contingencias. Por eso es una de las actividades humanas realmente primitivas. Artesanal. Porque cada persona del equipo es fundamental.” (Ossang)

Sobre esta película, José Sarmiento Hinojosa en su artículo Curtocircuíto 2017 – F. J. Ossang: cine punk y la subversión del film noir afirma lo siguiente: “(En ella), la jornada de Ossang hacia los últimos círculos del infierno continúa. El capitán de la nave es el barquero del Hades en este Narrenschiff, prisión náutica que lleva a una banda de malditos, personajes baudelerianos, prisioneros de su propio nihilismo, ambiciones, obsesiones, habiendo realizado un golpe fallido y escapando a la tierra de nadie (Nowhereland), un lugar hecho de desechos, una isla móvil, cargando con ellos el precio de sus fallos, un malestar tóxico que permea a todo el barco: un terminal tóxico, penetrando las aguas del Pacífico, en medio de una enfermedad que los consume a todos, el descenso a la locura, el tormento negro, el castigo eterno. El olor a traición, la presencia fantasma del suicidio, la tentación de la carne encarnada en el cuerpo de Drella, se manifiestan en el Síndrome de Estocolmo de Magloire, fantasmas que lo empujan a unirse a la banda, convirtiéndose en verdugo y cómplice”.

El cine, “una droga psicoactiva muy fuerte”

Dice Ossang que “el cine es una droga psicoactiva muy fuerte”. Él siempre filma en celuloide y prefiere, como ya se ha mencionado, el blanco y negro pues “hace resaltar más los ojos de los actores y hace que todo sea más fácil cuando no tienes mucho presupuesto”.

“Para mí, las películas son ensayos. El cine, los granos de haluro de plata de una película, es la expresión del presente absoluto. Cuando escribes, puedes corregir. Cuando pintas o grabas un disco, también. Pero el cine es la filmación del presente y después hay solo el montaje. Las contingencias, si el cámara se pone enfermo, si surge una historia de amor entre los actores, hacen que cambie. Por eso es una de las actividades humanas realmente primitivas. Artesanal. Porque cada persona del equipo es fundamental. Es lo contrario a la poesía, donde escribes estando solo.”

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